Cuando una empresa empieza a cobrar cierta dimensión, lo habitual es que eche mano de un software para gestionar su día a día. Generalmente, esa necesidad se manifiesta de forma expresa de modo que alguien exclama “¡necesito un ERP!”; pero puede ocurrir que se dé cuando el cambio ya es urgente. Por eso es importante estar atentos a las señales que nos ayudan a intuir que el momento está llegando.
Tabla de contenido
¿Necesito un ERP?
Existen diversas razones para cambiar o implantar un nuevo ERP, y para cada negocio, pueden ser distintas; pero las más comunes son:
- Cambios profundos en el negocio, que ya no se pueden gestionar como antes.
- Acceso limitado a la información, que cuesta encontrar por estar almacenada en diversos sistemas.
- Lentitud en procesos habituales.
- Alertas en el nivel de servicio al cliente o descenso de ventas por falta de información o toma de decisiones lenta.
- El coste de mantenimiento del sistema vigente crece de forma exponencial.
- El sistema de gestión carece de soporte o el proveedor ha desaparecido.
- El sistema actual no ofrece la flexibilidad necesaria para seguir creciendo.
- La venta internacional es demasiado costosa porque el sistema no trabaja con diferentes divisas y/o idiomas.
- La difusión de la información a lo largo de la organización es boca a boca.
¿Qué puede hacer un ERP por mi empresa?
Quizá la respuesta a esta pregunta ofrezca más luces a tus dudas que los problemas anteriores. Al fin y al cabo, son una pequeña muestra de cómo un ERP en plena forma puede ayudar.
- Reduce ineficiencias en los procesos de negocio.
- Permite una óptima planificación y distribución de recursos.
- Reduce los gastos generales.
- Ofrece una visión completa de la actividad de los clientes.
- Aglutina islas de información en un único sistema.
- Aumenta la productividad reduciendo el trabajo duplicado.
- Estandariza procesos clave.
- Automatiza tareas repetitivas o de bajo valor añadido pero necesarias.
- Ofrece una visibilidad completa de la marcha del negocio comparada con el plan estratégico.
¿Cuándo tengo que invertir en un ERP?
No hay una respuesta mágica a esta pregunta. La cuestión es cuánto tiempo puedes estar apagando fuegos y si ese trabajo compensa no cambiar o instalar un nuevo ERP. Pero no sólo en términos de inversión; sino también teniendo en cuenta lo que pierdes por no dedicarte a tu trabajo exclusivamente y lo que pierdes por no aprovechar la potencia de un nuevo sistema de última generación.
Tú debes decidir cuándo es el mejor momento para hacer el cambio, pero si tu empresa se ve afectada por dos o más razones de las que hemos comentado anteriormente; se te está acabando el tiempo.
Fuente: Grady Brett Beaubouef.
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Una vez estés listo para valorar distintas opciones, no olvides ponerte en contacto con nosotros. Te enseñaremos lo que un ERP puede hacer por tu negocio sin compromiso alguno.